jueves, 3 de enero de 2008

Reflexiones

q Oísteis que fue dicho a los antiguos: No adulteraras. Pues yo os digo que todo aquel que pusiese los ojos en una mujer para codiciarla, ya cometió adulterio en su corazón con ella. La justicia menor prohíbe cometer adulterio mediante la unión de los cuerpos; mas la justicia mas perfecta del reino de los cielos prohíbe cometerlo en el corazón. Y quien no comete adulterio en el corazón, mucho mas fácilmente cuida de no cometerlo con el cuerpo.


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(SAN AGUSTIN, Sobre el Sermón de la Montaña, 1, 23).

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